La limpieza con ricino es muy sencilla. Haz una mezcla de este aceite al 50% si tu piel es grasa, o al 20% si es seca, con aceite de jojoba o de girasol. Aplícalo con una suave masaje, abarcando la piel del cuello. Déjalo actuar por varios minutos (más, mejor): puedes aplicar vapor para favorecer la penetración del producto. Luego utiliza una toallita con agua caliente y vas retirando suavemente el aceite. No es necesario frotar. Una vez retirado aplica una crema o loción hidratante acorde con tu tipo de piel.
Si realizas este tratamiento dos o tres veces por semana, verás un cambio notable en tu piel. La verás más radiante, limpia y elástica. Puedes comentarnos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario