Nunca será suficiente exaltar las propiedades regenerativas, suavizantes e hidratantes de una grasa vegetal como la manteca de cacao. Cualquier persona que sufra de resequedad en los labios por el sol, el frío o el viento, sentirá una transformación radical del tejido con solo utilizar manteca de cacao cruda por unos pocos días. Las cicatrices desaparecen casi por arte de magia tras pocas semanas de uso, el tono de la piel se equilibra y adquiere un brillo y elasticidad que ninguna crema corporal puede dar. Basta con derretir una cucharada de manteca de cacao en baño de maría y añadir otra de gel de sábila, más unas gotas de vitamina E y obtendremos el mejor labial del mundo. Viértelo en un envase pequeño, deja enfriar y llévalo en tu cartera para cualquier ocasión.